🎄10 Peligros en la Navidad para nuestros perros
🎄10 Peligros en la Navidad para nuestros perros
La Navidad es una época mágica. Las luces llenan las calles, los hogares se visten de fiesta y las rutinas se transforman en momentos compartidos con familia, amigos y, por supuesto, con nuestros perros. Sin embargo, detrás de esa belleza y esa calidez que tanto disfrutamos, existen también pequeños riesgos que pueden pasar desapercibidos y poner en peligro su salud.
En PETVIVA, vivimos esta época con la misma ilusión que cualquier familia, pero también con la responsabilidad de recordar lo importante: cuidarles, protegerles y hacer que estas fiestas sean seguras y felices para todos.
Cada año, veterinarios de todo el país reciben urgencias relacionadas con intoxicaciones, atragantamientos o cuadros digestivos provocados por elementos típicos de la Navidad. La buena noticia es que la mayoría de ellos se pueden evitar.
Este artículo está pensado para ayudarte a identificar los principales peligros navideños para tu perro y cómo prevenirlos de forma práctica, sencilla y natural.
1. La comida navideña: el mayor riesgo y el más común
Si hay algo que define la Navidad, es la comida. Las mesas se llenan de platos abundantes, salsas, dulces, embutidos y restos tentadores que pueden resultar irresistibles para nuestros perros. Pero lo que para nosotros es un placer, para ellos puede convertirse en una emergencia.
El primer error más frecuente es compartir comida humana sin saber si es segura. No todo lo que comemos puede ser digerido por ellos, y algunos ingredientes comunes en esta época son tóxicos incluso en pequeñas cantidades.
Alimentos peligrosos para los perros en Navidad
Chocolate: contiene teobromina, una sustancia estimulante que su organismo no puede metabolizar correctamente. Puede provocar vómitos, diarrea, arritmias e incluso convulsiones.
Cebolla, ajo y puerro: alteran los glóbulos rojos y pueden causar anemia hemolítica. Su toxicidad aumenta si se consumen cocinados y en repetidas ocasiones.
Uvas y pasas: aunque parezcan inofensivas, pueden causar fallo renal agudo. No existe una dosis segura conocida.
Alcohol: presente en postres, salsas o bebidas, es extremadamente peligroso. Causa vómitos, falta de coordinación, hipotermia e incluso coma.
Huesos cocinados: se astillan con facilidad, pudiendo dañar el esófago o causar perforaciones intestinales.
Grasas y sobras: los platos navideños suelen llevar salsas, aceites, mantequilla o condimentos. Este exceso puede desencadenar pancreatitis, una inflamación dolorosa y grave del páncreas.
Muchos perros acaban en consulta por cuadros digestivos provocados simplemente por “un trocito” de algo que parecía inofensivo. En estas fechas, los perros suelen recibir más premios y atención de los invitados, y ese exceso se traduce en desequilibrios digestivos.
2. Los dulces y el azúcar oculto
La Navidad está llena de dulces: turrones, mazapanes, galletas y bombones por todas partes. Además de los ingredientes tóxicos que pueden contener (como chocolate o pasas), muchos incluyen xilitol, un edulcorante artificial muy peligroso para los perros.
El xilitol provoca una liberación brusca de insulina, lo que puede causar una hipoglucemia severa en cuestión de minutos. Los síntomas incluyen debilidad, vómitos, convulsiones y colapso. Incluso una pequeña cantidad puede ser letal en perros pequeños.
A menudo, los perros roban dulces del árbol o de la mesa, por lo que conviene mantenerlos fuera de su alcance. Un simple trozo de turrón o una galleta decorada puede contener este tipo de endulzantes.
La mejor forma de evitar sustos es tener premios naturales a mano, como snacks deshidratados o galletas caseras sin azúcar. De esta manera, puedes premiar su comportamiento sin exponerlos a ingredientes dañinos.
El árbol de Navidad, las luces, las guirnaldas y las velas crean un ambiente mágico, pero también son fuente de curiosidad para nuestros perros. Especialmente los cachorros o perros jóvenes tienden a explorar con la boca, lo que puede acabar en sustos importantes.
Riesgos más comunes en la decoración
Cables eléctricos y luces: morderlos puede provocar descargas eléctricas graves.
Bolas y adornos: los objetos pequeños o frágiles pueden romperse o tragarse fácilmente, provocando obstrucciones intestinales.
Espumillón y cintas: muy atractivos visualmente, pero si los ingieren, pueden enrollarse en el intestino y requerir cirugía.
Agua del árbol natural: suele contener fertilizantes o conservantes que resultan tóxicos.
Velas y ambientadores: algunas velas aromáticas liberan compuestos tóxicos o aceites esenciales perjudiciales para su sistema respiratorio.
Consejo: coloca la decoración fuera de su alcance, evita adornos pequeños en las zonas bajas del árbol y asegúrate de que los cables estén protegidos o cubiertos. Si usas velas, mantenlas siempre vigiladas y apágalas cuando no estés presente.
Algunas de las plantas más representativas de estas fechas son también peligrosas para nuestros perros. Entre las más comunes encontramos:
Flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima): irrita la mucosa bucal y digestiva, provocando salivación, vómitos y diarrea.
Acebo: sus frutos contienen saponinas tóxicas que pueden causar vómitos intensos y somnolencia.
Muérdago: tanto las hojas como las bayas son venenosas; provocan alteraciones cardíacas y digestivas.
Aunque no suelen ser mortales si la cantidad ingerida es pequeña, el malestar puede ser considerable. Lo ideal es mantener estas plantas fuera del alcance o optar por versiones artificiales para decorar.
Durante la Navidad, los horarios cambian, llegan visitas, hay ruidos, música y movimiento constante. Todo esto puede afectar el equilibrio emocional de los perros, especialmente a los más sensibles o mayores.
Los signos de estrés navideño incluyen jadeo, temblores, pérdida de apetito, búsqueda constante de atención o aislamiento.
No todos los perros disfrutan de las reuniones familiares o de los niños jugando a su alrededor.
Algunos consejos prácticos para mantener su bienestar emocional:
Mantén sus horarios de paseo y comida lo más regulares posible.
Crea una zona tranquila, lejos del ruido y las visitas.
Usa feromonas o suplementos naturales calmantes si notas ansiedad.
Evita forzar interacciones o juegos si el perro prefiere descansar.
El bienestar emocional forma parte de la salud integral.
Uno de los momentos más difíciles del año para muchos perros es la Nochevieja. Los fuegos artificiales y petardos provocan miedo, temblores y ansiedad severa.
Los perros tienen un oído mucho más sensible que el nuestro, y los sonidos fuertes y repentinos pueden resultarles aterradores.
Algunas medidas para ayudarlos a sobrellevar este momento:
Acondiciona un refugio seguro en casa, con su cama y mantas.
Cierra ventanas y persianas para reducir el sonido.
Mantén la calma: si te alteras, él también lo hará.
En casos severos, consulta con tu veterinario la posibilidad de usar suplementos naturales calmantes.
La melatonina, la valeriana o el triptófano pueden ser de gran ayuda si se administran correctamente.
No todos los juguetes o regalos que se venden en Navidad son adecuados para perros. Algunos están fabricados con materiales tóxicos o poco resistentes que pueden romperse con facilidad.
Evita los juguetes de baja calidad, especialmente los que contienen piezas pequeñas o rellenos de espuma. Opta siempre por materiales naturales, resistentes y seguros.
Un buen juguete no solo entretiene, también estimula la mente y fortalece el vínculo. Por eso, en PETVIVA recomendamos los juguetes interactivos y los mordedores naturales como mejor opción. Además, puedes complementar con accesorios hechos a mano, como las bandanas o corbatas de Collares, para dar un toque festivo sin comprometer su bienestar.
La llegada de familiares y amigos alegra las fiestas, pero para algunos perros puede ser estresante. Los ruidos, los abrazos, los niños correteando o el simple cambio de ambiente pueden alterar su tranquilidad. Los perros no interpretan los saludos efusivos de la misma manera que nosotros. Si ves señales de incomodidad (girar la cabeza, bostezar, evitar contacto visual o esconderse), dale espacio. Asegúrate de que tenga acceso a una habitación tranquila donde pueda retirarse y descansar. También es importante explicar a los niños que el perro no es un juguete. Enseñarles a respetar su espacio evita accidentes y ayuda a crear una relación positiva.
Aunque en Ecuador el invierno no es extremo, los cambios de temperatura también se notan. Los perros mayores, delgados o con poco pelo pueden resentir el frío. Las corrientes de aire, los suelos fríos o los baños con agua demasiado caliente son factores que pueden afectar su bienestar.
Después del paseo, sécalo bien si ha llovido y evita dejarlo en zonas húmedas. Si tu perro es friolero, un abrigo ligero o una manta extra en su cama puede marcar la diferencia. Y recuerda que la hidratación también es importante en invierno, especialmente si su dieta incluye comida cocinada o deshidratada.
10. Basura y restos de la celebración
Otro peligro frecuente es el acceso a la basura. Los restos de comida, envoltorios o huesos pueden ser una tentación peligrosa.
Los perros tienen un olfato excelente y pueden abrir bolsas o cubos en busca de sobras.
Asegúrate de mantener la basura bien cerrada y fuera de su alcance, sobre todo después de cenas o comidas familiares.
Un simple trozo de hueso cocido o un envoltorio de aluminio puede causar una obstrucción intestinal.
Si sospechas que tu perro ha ingerido algo tóxico o peligroso, no esperes a ver si mejora por sí solo.
Los síntomas más comunes son vómitos, diarrea, temblores, babeo excesivo, falta de coordinación o apatía.
Acude inmediatamente al veterinario, indicando qué pudo haber comido y en qué cantidad.
No intentes provocar el vómito sin orientación profesional. En algunos casos, como la ingesta de productos corrosivos o huesos afilados, hacerlo puede empeorar la situación.
Tener a mano el teléfono de urgencias veterinarias y del centro antitóxico es una medida preventiva muy útil en estas fechas.